L.p. Altessani — Files

Apariencia
Su cabello goza de hebras tan oscuras como una de sus obres. Juntas arman un manto liso, desordenado y con tonalidad uniforme. El cabello de Pierre es de lo más irregular que puede existir, pues el mismo lo corta, o poda. Para su suerte, debido a su naturaleza hacerlo no es la ciencia más complicada. No crece mucho y con un poco de agua cortar puntas no es nada del otro mundo. No lo peina, pero más de una vez al día puede vérsele revolverlo o llevar su mano hacia atrás entre cabellos.

Su piel es como cualquier otra del italiano promedio, tal vez un tono más claro, pues Pierre simple y llanamente no tolera nada que tenga que ver con rayos uv. Su rostro posee facciones finas aunque masculinas. Una nariz respingada con proporciones bien equivalentes al resto de su rostro. Sus labios son delgados, de un color similar al de su piel, lo cual acentúa lo disimulados que son. Mientras que sus orbes por su parte son poseedoras de una heterocromía propias de los genes en su familia; uno de sus iris es de un café oscuro mientras que otro goza un tono mucho más claro.

De cuerpo atlético, bastante en forma, poseedor de semi-musculatura debida a su propia ocupación. Su altura en total alcanza los 180 centímetros de alto.




Personalidad
A simple vista y sin mucho detalle es poco complicado intuir cuán indiferente puede llegar a ser Lucas, inclusive la mejor de sus sonrisas desborda aires de ese sosiego que tan naturalmente se da en él. Generalmente, es ésta la primera impresión que suele emitir, aún así no es tan sencillo como aparenta. Lucas es un individuo más meditabundo que hablador. Reservado, discreto; lo que no expresa mediante lenguaje corporal puede verse disipado entre pensamientos irrelevantes. Y sí, bien logra definirse como una persona distraída, pues éste se enfoca en sólo lo que considera esencial, todo lo demás es turbio a su vista panorámica. No es dado a tomar iniciativa fuera de la índole individual, no obstante, más que egoísta podría connotársele como ensimismado.

Siempre seguidor, nunca líder; incluso llevando a cabo lo mejor en que se destaca puede decirse que es guiado bajo el compás de lo que su oído capte. Sin embargo ello no es un problema para Pierre, quien debidamente opta por el independentismo. Bien amoldado a ser individualista, convivir con Lucas después de cierto tiempo probablemente esté destinado a volverse una labor tediosa, tanto para él como para quién lo intente.

Continuamente conserva cosas para omitir bajo la imperturbable curvatura ladina de sus labios, la honestidad no está en sus frases, a Pierre se le comprende según lo que su rostro y cuerpo enuncie. Hombre de pocas palabras mas buen manipulador de éstas, conoce perfectamente el arte de persuadir; su voz es algo que desde hace años está corrompido, él se desenvuelve con hechos. Tiende a pensar antes de hablar, pero nunca antes de actuar, aun conociendo riesgos o consecuencias para Lucas es inevitable tornarse impulsivo.
No es atareado, pero constantemente está en movimiento u ocupado en algo, por más sencillo que dicho algo sea. Costumbre, tal vez. Pero las partes rutinarias de su vida no es algo que tienda a adorar, pues bien aborrece la monotonía. De su agrado muchas cosas, en especial las diferentes, parte suya que ha sido de gran beneficio para su persona en los últimos años.

Lucas es un gran amante de las sensaciones, pero se le ve totalmente desentendido de los sentimientos. ¿Alguna razón en particular? Antes de valorarlos prefiere jugar en ellos, desde luego sean los propios o no. Y ni siquiera es consciente de dicha práctica suya, todo lo que sabe sobre sí mismo es que los compromisos no son lo suyo, pero cualquier cosa que sea de unas pocas noches le viene como anillo al dedo, irónicamente. Le es simple fijar la mirada en algo o alguien; apartarla, mucho más.

Él va y viene, a la par de lo que sus más remotos pensamientos le lleven a hacer. Pierre es impredecible. ¿Ha de poderse precisar qué ocurre en la tempestad que condiciona su mente? Ni siquiera para él mismo. No pisa dos veces el mismo lugar, no busca las mismas experiencias. Es un ser en constante cambio, quizá inconforme con algo. Nunca se ha detenido a hablar consigo mismo ni tratar cosas relevantes con los demás, por lo que para Lucas no ocurre nada así todo pase.

Desde que posee memoria Pierre sólo a conocido lo que es inhalar y exhalar libertad, sin preocupaciones, sin obligaciones. La sensación de no poseer peso alguno sobre tus hombros, moverse con vasta ligereza, el poder decidir qué ocurre en tu presente, que ocurrirá en tu futuro y aún así, tal como Pierre, no saber con exactitud qué hacer y, al parecer, no estar preocupado por ello. Única dicha que, según él, nadie podría arrebatarle en ningún momento de su vida, pues es suya. La vida de Pierre comienza y termina con él mismo; no interviene en la de otros, ni la de otros en la de él.



Preferencias
El sonido, sin importar su origen, debe haber sonido para que se encuentre a gusto. Más de una vez se ha sentido incomodo en silencio, mejor dicho, le es imposible sentirse bien en un ambiente silencioso. ¿Gusto a soledad, tal vez? Entre las personas que huyen de ella está él, a veces odiándola, otras veces deseándola.

Pierre posee tantos malos hábitos como segundos su vida, las malas prácticas están en su día a día y es inconcebible que su salud no haya ido en picada. El humo de un buen cigarrillo, para él, tanto su sabor como su olor es apreciable. Sus hombros bajan, sus ojos cierran y hasta su última fibra muscular descansa. Licor, mientras más fuerte, mejor. ¿Quién no ha disfrutado un beso alcoholizado? Pierre, bastante seguido. Un poco de éxtasis al mes tampoco viene mal.

Para Lucas es inevitable no manchar todo su organismo con adrenalina cada vez que le es posible. Pisar el pedal, mientras más al fondo llegue le es más emocionante. Los viajes de carreteras interminables y música al tope deben ser lo único que se repitan en su año, los momentos en que nada mas importa en el mundo para Pierre son esos que para otros son irrelevantes. La primera bebida tibia del día, el agua de la ducha por la madrugada, las sabanas por las mañanas. Hacer las cosas sin pensar y la ausencia de arrepentimientos. Decir las cosas sin tapujos, si agrada viene bien, si no... ¿Por qué ha de importar?

Lucas desde su corta infancia ha ido a su propio ritmo, con un incorregible arrebato impulsivo de llevar la contraria. Puesto a ello vivir bajo presiones no es una opción que elija o siquiera acepte. No hay ataduras para ningún Altessani, y Lucas no es la excepción, no está dos veces en el mismo lugar, ni razón que le haga observar atrás. A sus espaldas no hay cabidas, todo está adelante, allí, aún lejano. Sin importar los años que pasen se ha sentido permanentemente a la mitad del camino, ni un paso más, ni un paso menos.

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