[Libre~] I lost my cat!

Había logrado entrar a una empresa sorprendentemente exitosa. Había viajado desde Inglaterra hasta acá. Había incluso logrado instalarse en un departamento decente y mantenerse con tres gatitos… ¿Pero qué demonios se suponía que tenía que hacer cuando se es miembro de una empresa? << No tengo ni la mitad de una idea de qué se supone que tengo que hacer ahora… >>. Se hallaba en medio de aquella recepción de buen tamaño. Podía ver a la gente entrar, salir, pasar de largo, dar vueltas, hablar entre sí. Se sentía tan fuera de lugar. No estaba acostumbrada a trabajar para algo tan importante como lo era CRR. Hasta ahora había sido una artista independiente. Se presentaba en algunos sitios, dejaba su número y si les gustaba pues la volvían a llamar… << Quizás debí estudiar un poco sobre esto antes de venir… >>. Dejo salir un suspiro en un intento de calmarse luego de pensar aquello.

— Gracias al cielo estás conmigo, Griffyn… — Susurro mientras observaba cierto bulto en su bolso. Su nerviosismo era tal que no se atrevía a ir a aquel sitio ella sola, por lo que se trajo a uno de los tres amigos que ahora compartían piso con ella. De sus tres gatos, Griffyn era el mejor para estos momentos. Mientras Nighty era un tanto arisca y Lady Aoi era demasiado curiosa para su bien, Griffyn era el más manso, sin mencionar el más mimoso. Sabía que el pequeño felino no causaría problemas. — Aunque no sé qué hacer ahora… — Volvió a susurrar mientras rascaba suavemente las orejitas del felino, provocándole a este que ronroneara.

Intento que en su rostro no se mostrara ningún ápice de preocupación, pero cada vez se le hacía más difícil. Su angustia llego incluso a dudar hasta de la ropa que traía puesta. Mientras todos vestían como si hubiesen salido de un desfile de modas, ella solo usaba una desabrida chaqueta gris, shorts de jean y unas simples botas… << ¿Sera muy tarde para salir huyendo de aquí? >>. La tentación era grande.

— Empiezo a dudar de esto… — Si su inseguridad iba a tal grado en esos momentos, cuando ni siquiera había hablado con el recepcionista, quizás su sitio no era ahí después de todo. Pero no se iba de ahí corriendo por una razón. << Hacerlo sería admitir que mis padres tenían razón. Y primero muerta antes de eso. >>. Lo primero seria acercarse y hablar con alguien. Preguntar que debía hacer ahora y cómo funcionaba esto del mundo empresarial del espectáculo… Y estaba a punto de hacerlo hasta que sintió algo. Su hombro de repente estaba más liviano. ¿A qué se debía eso? — …. ¿Griffyn…? — Su cara casi perdió cualquier señal de color luego de ver que su bolso estaba vacío. Su gato se había salido y ahora estaba en sabrá Dios donde en mitad de esa recepción. — ¡No, no, no, no, no! — Ironía. Se suponía que se había traído a ESE gato porque era el más manso. — ¡¿Dónde rayos estas, Griffyn?! — Susurraba en un intento de contener su próximo ataque de pánico. Mientras buscaba al animalito observando detalladamente el sitio, no quiso ni imaginar lo que le pudiera pasar a su mascota… << ¡¡Griffyn, aparece de una vez!! >>.

Aun no era más que un simple aprendiz, ante los ojos de los demás no era más que un simple novato al cual aún le quedaba un muy largo camino por recorrer para que si nombre fuera escuchado y apareciera como portada principal en las revistas y periódicos. Sabía eso claramente, también se lo habían advertido más de una vez. A su vez también era un camino que estaba dispuesto a recorrer por largo y costoso que fuera. No dejaría de lados sus aspiraciones y metas por un par de comentarios y algunos obstáculos.

El era Gilbert, codicioso algunas veces.

Por ende, no dudaba dos veces en ir a llamar la atención y conseguir algún representante. Pero, a pesar de habérselas arreglado muy bien solo, y mucho menos se había cruzado de brazos todo este tiempo, donde según él, había comenzado su carrera como artista. Y había conseguido algunos pequeños papeles como personaje en algunas obras, pero lo que más celebraba era su aparición como extra en algunas películas. De a poco iba avanzando, aunque si él pudiera hacerlo todo de una maldita vez, no dudaría en hacerlo.

Pero como íbamos diciendo, hoy, milagrosamente el albino no se encontraba en las afueras de Chemical River Records con su increíble don de aparecerse mágicamente en los lugares donde no lo llamaban. No, hoy no. Tenía un motivo para hacerlo. Consiguió una entrevista para una manager, nunca iba mal la ayuda cuando se quería cumplir un objetivo como este. Y como íbamos diciendo, allí estaba él, con su mejor pinta y excelente presencia. Era él, por favor, era magnifico en todo momento.

Sin muchos más preámbulos dio un paso ante la puerta de la recepción que parecía mucho más pequeña desde afuera. Dio una rápida ojeada a su alrededor, sonriendo para el mismo – Woah – Podía oler la fama desde allí. ¿Acaso sería eso lo que le esperaba? Ojala que sí. Con su paso firme, seguro y rápido se acerco al mostrador con el rostro en alto. Típico de él, también. Emanaba egocentrismo. Pero que redujo el paso hasta que una pequeña cosita peluda se le cruzo por el camino y desapareció en cosa de segundos, no sin antes hacerlo dar un par de pasos torpes y llamar la atención de algunos. – ¿Pero qué? – Arrugo un poco el ceño y se encogió de hombros, no podía esperar nada mas de Hollywood (?).

Pero no podía dejar su vista en suelo, ¡Claro que no! Y no fue hasta que lo hizo que se encontró con una dama de cabellos largo y oscuro a solo unos metros más lejos que el. Recupero la sonrisa en su rostro y trato de recordar. Redujo el espacio entre ambos y le dirigió la palabra – Hey – Su mente aun trabajaba para procesar la información. – ¿Buscas algo? – Pregunto, era su oportunidad de ser un buen samaritano y cumplir con su buena acción del día. La miro de arriba abajo nuevamente – Te me haces conocida… - Susurro, recodaba haberla visto más de una vez, pero si era así, habría dejado de verla por un tiempo prolongado.

Spoiler: